En todos hay un escritor. Por más escondido que este se encuentre. Algunas veces se manifiesta y quiere ser la voz de muchas voces y la de uno mismo. Ser testigo y narrador de nuestra historia, amigo y enemigo de nuestros miedos y alegrías, tratar a la realidad como una igual, subyugar lo indomable y liberar lo oprimido. Combatir la intolerancia en una guerra sin cuartel a palabra suelta. Desafiar a nuestra propia inteligencia y re-definir las reglas en las cuales se basa nuestra ya tan reestructurada sociedad. Pero lo más importante sea, tal vez, la indescriptible sensación que nos produce, el dibujar con nuestras palabras en la imaginación de otros.

Bienvenidos.

C.A.

viernes, 15 de enero de 2016

Fiestas electrónicas, inmigrantes y nacionalismo...






 “[…] it might rely heavily on electronics, tapes, I can kind of envision maybe one person with a lot of machines, tapes, and electronics set up, singing or speaking and using machines.”
Jim Douglas Morrison 1969.






Intro I

Otra vez, en aeropuertos. En los lugares que no lo son.  Parafraseando al gran Ali Haghjou. Miles de personas van, vienen. Algunos sin darse cuenta. Empacados en asientos, hoy, para seguramente no verse nunca más.
En esta era, como nunca antes, sumidos en nuestras tablets, fonos inteligentes, ajenos. Alejados de esa proximidad forzada.
Esta vez, en lo personal, es muy distinto y, sin embargo, se siente tan igual.
Paso por controles, ridículos. Guardias que celosamente vigilan las entradas de una Europa que se pregunta si debería cerrar sus fronteras a los millones de refugiados que en una especie de ola, llega…tarde o temprano, como uno prefiera, desde el plano histórico, pero, esperable. Tenía que suceder, el efecto boomerang, la contramarcha que comenzó con las invasiones indoeuropeas. El saqueo de imperios, colonialismo, neocons, globalización y demás mecanismos de expansión económica agresiva, terrorista y terrorífica.
Entonces, aparece la prensa. Imprime, colorea, divulga, informa, crea y desvía el foco de la verdadera causa. Los nombra, les asigna nomenclaturas, salidas de cabezas que querían comunicar y encontraron marketing, en un mercado que hace marketing con la información.
Primera vez en Europa, menos tirante que USA, menos águilas, menos paranoia. Esta vez en un rol corporativo, legítimo, pero como siempre al mismo ritmo. Cinco ciudades, cinco aeropuertos…24 horas. Mi cabeza no aceleraba a esta velocidad hace ya un buen tiempo. Me hace bien, me hace mal. Encuentro que los años, de verdad, desgastan.
En Paris, salí a dar unas vueltas,  es otoño. Nunca antes en mi vida, vi una ciudad que en esa repugnante y putrefacta estación del año, me regalara tanto deleite visual, latente en cada color, maravillosa, en su atmosfera decadente, el aroma del aire, el sol, cobrizo, apenas tibio…con razón.
Entonces, otra vez entre aeropuertos. Percibiendo un clima duro, de memorias cortas, de pueblos pidiendo a gritos mano dura, soluciones prontas y finales, nacionalismo, marchas de orgullo y desprecio…veremos, donde nos lleva.

2 de Noviembre 2015. En algún lugar del cielo entre Francia y Alemania.
                                                                    ***
Intro II

Cracovia 6 de noviembre 2015


Sentado en el living de los departamentos ejecutivos en donde me alojo, tengo una visión bastante limitada de mis alrededores. El clima tampoco invita a abrir las ventanas y sentarse a respirar un aire que generalmente excede las medidas permitidas de smog. Un cementerio de botellas de vino y vodka se apila en la cocina…es una de las maneras para combatir este clima…el alcohol.
Cracovia es una ciudad relativamente pequeña, encajada en la historia, respira historia. Reciente, antigua y todo lo que queda en el medio. Guerras, ocupaciones, guerras, sitios, guerras…horrores y un montón de iglesias, demasiadas…y más guerras.
Toda esa información se puede encontrar fácilmente, poniendo en el  buscador “Cracovia”
Y me encantaría explayarme otras 1000 palabras en dar una breve reseña pero me parece de una inutilidad feroz. Supuestamente esta pieza seria de música electrónica y de cómo, y esto no es noticia, se devoro a la mayoría de las otras expresiones musicales en Europa en menos de 15 años.
Lamentablemente en medio de la confección de esta historia, comenzaron a saltar y agregarse, al principio, pequeñas instancias donde, si no me sorprendían, si me llamaban la atención y, en cuestión de   2 semanas, enormes manifestaciones, con un buen número de participantes, exaltando el nacionalismo puro y la segregación en todas sus formas. Si, ellos mismos, fascismo. En una urbe donde si uno hurga apenas un poco, aun encuentra cicatrices, de guetos, heridas ahí frescas en el horizonte…y, sin remover demasiado, la era soviética asoma en estructuras y mecánicas sociales instauradas durante los últimos 40 años con generaciones que vivieron el control de los soviets y sienten un profundo desprecio por todo lo que represento para su país…Ahora, sus hijos, la generación que no experimento directamente opresión ni ocupación de derecha o izquierda y fue criada con los ecos de sus padres, aprendiendo, a través de memorias y recuentos, el retraso y abandono  en la cual Polonia estaba sumida al final de la era comunista.

Esto va más allá de defender o atacar distintas ideas político filosóficas, tan solo quiero precisar qué, y para cualquiera que tenga un leve noción de historia es algo sabido, esta nación ha sido violada, masacrada y sodomizada, por imperios, republicas, gobiernos de diestros y siniestros y, en este momento de la historia, el enemigo más inmediato y último en una larga lista, fue la dominación roja. Por obvias razones, los seres humanos nos hacemos amigos de los enemigos de nuestros enemigos…tan solo eso. No suelo explicar el porqué de mis palabras, pero últimamente me encuentro con esta necesidad, por razones que aún no son bien claras, incluso para mí mismo.
                                                                                   ***

Wrocław 7 de noviembre 2015.
Yo quería escribir sobre electrónica…
¡Bien! Noche de electrónica en Wrocław, ciudad ubicada a unos 300 km de Cracovia, como si nos quisiéramos acercar a la frontera con Alemania.
5 de los Djs más influyentes tocan en el club Bau, centro de la cuidad, 3 de ellos venían directamente desde Berlín, residentes en varios clubes de la ciudad, respetados y conocidos en la movida.
Uno de ellos, gran  amigo, nos re encontraríamos con la excusa de escribir una nota y los por menores de su proyecto musical.

Compañía de autobuses, Polsky bus…por 70 Zloty (unos 17 dólares) ticket de ida y vuelta…



¡El idioma! Algo que se me estaba escapando.
Por primera vez en mi vida me encuentro en un lugar en donde no hablo la lengua del país en que me encuentro. En el tema de comunicación no es tan grave, un 90 % de la población (porcentaje que se me acaba de ocurrir y no tengo manera de validar) habla inglés. El problema fundamental es la lectura y la interpretación de señales varias…su alfabeto incluye algunos caracteres diferentes al nuestro…frustración y complejo de inferioridad es lo que causa este revés…un simple cartel que anuncia un desvió en el recorrido del tranvía, pasa desapercibido y uno puede terminar en el lugar no deseado.
Tangentes, como siempre, no puedo prometer que sea la última.

Llego a la ciudad, relativamente más pequeña que Cracovia, se me ocurre un poco medieval, no fue casi tocada por la segunda guerra y es un goce visual.
Un taxi me lleva hasta el hotel,  y ahí nos re-encontramos con Fabio, abrazos, cuentos, risas, cena abundante en un restaurante construido sobre una fortaleza del 1300 DC…o eso me dijeron.
Más risas y cuentos, nos ponemos al día con nuestras vidas, o eso creemos. Las personas tienden a creer que el tiempo tal como lo concebimos es una herramienta para medir nuestra vida, no es necesario explicar lo equivocados que estamos.
9PM caminando al club, empieza la noche…al tener el acceso con el grupo de DJs, mi presencia  me daba derecho para hacer lo que prácticamente quisiera, open bar, VIP room y tantas etcéteras, como se puedan elaborar.
Mucha música, sustancias, alcoholes, cuerpos sacudiéndose al ritmo imparable…lo que uno puede esperar…más coloquios en el VIP del VIP…un salón ubicado en el corazón subterráneo de la estructura.
Personajes varios, tatuajes de esvásticas en brazos que han visto luchas, mujeres de cabeza rapada y acento gutural…algunos salpicados en los sillones, otros bailando sobre la pequeña mesa de mármol en le centro de la habitación.
Una pendeja de unos 20 y tantos, mitad de su cráneo sin pelo y mirada dura,  me toma de la mano y señalando mi anillo de calavera, grita, casi quebrándose la garganta: “Heil Hitlaaaa” Levanto mi ceja para corroborar de que tal vez no se percató de mi color de piel, cabello e iris. Me mira entre sonriendo y cuando trato de balbucear algo incoherente, otra sale de atrás y grita aún más fuerte “Sieeegg Haaaaailll”
Entre líneas de speed, cocaína y algún faso, la conversación se centra en la amenaza de la inmigración, los musulmanes y, casi en un módulo informativo, me cuentan sus razones y justificativos.
Previamente preguntaron mis orígenes geográficos y étnicos…situación muy cómoda…Debo decir que en mi calidad de invitado, la cordialidad de esta gente, fue increíble. Me trataron como si fuera familia y guiaron en momentos de vacilación...comportamiento bastante desasociado si se me permite observar.

Retrocediendo en el tiempo 3 días, en París, los diarios, publicaban titulares acerca del problema de la inmigración en masa y, al dar vuelta por la ciudad, me cruce con un grupo que pedía más control a la gente que en Caláis se le estaba dando asilo…un hombre que observaba a los manifestantes pasar me miro y dijo: “Cuanta violencia”
Sentado en el bunker de un club 72 horas después de estos sucesos, solo puedo afirmar que cuanto más al este de Europa nos movemos, estos sentimientos “patrióticos” se incrementan exponencialmente.
Una mujer que seguramente no pasaría de los 25 años, abogada de profesión y hasta el momento un ser humano que parecía cumplir con los estándares de una persona normal me mira y en un italiano un poco rustico me explica que “El problema de la Polonia son todos estos negros que están llegando”
Esta vez ya comienzo a sospechar y, con fundadas razones, de que esta gente, aparte de desear fervientemente la creación de un 4to Reich, ha caído en la desgracia de tener alguna especie de deficiencia para reconocer el color de la piel de aquellos seres humanos que creen despreciar. Una especie de daltonismo agudo, pero a la pigmentación oscura. Comienzo a sentir una pena profunda, ya que debido a esta condición jamás lograran su cometido…y creo que son totalmente ajenos a esto.
Me miro los brazos y los pongo al lado de los de ella para que, aun sin yo marcarlo, se diera cuenta que mi tonalidad es al menos 4 tonos por debajo de su rosa blanquecino.
Me mira y sonríe como si nada estuviera ocurriendo. Pobre gente…para ellos los negros son un concepto abstracto…
Cruzo miradas con Fabio que en ese momento está absorbiendo casi medio gramo de un solo tiro…la tipa con la cabeza rapada se le para adelante y le grita su saludo ario a todo pulmón. Al Dj le produce un pequeña carcajada justo cuanto inhala la otra mitad del gramo, esta vez por su otro orificio nasal.
El resultado es obvio, al toser en vez de aspirar, la coca, sale vaporizada por el aire.
Le da un acceso de toz fuerte…cuando se recupera toma de los hombros a la aria-dermo-daltonica y con mucha fuerza le dice.
!Vattene a fare in culo troia, zoccola, ladrona, deforme!
La sacude a un costado y nos vamos otra vez al área comunal del boliche.
A unos metros hay una discusión “in progress”, dos tipos argumentan porque uno de ellos no es el alemán por excelencia, el modelo ario que Albert Speer cincelaba en sus bosquejos…
-¡Yo soy alemán! Tú quieres parecer un alemán.
-¡Mi familia es de la buena Prusia! (No estoy seguro que es la buena Prusia…pero eso es lo que dijo el increpado) ¿No parezco alemán para ti?
-No sé cómo luce un alemán, pero definitivamente tú luces como alguien que desea serlo.
El individuo al que su estatus teutón se veía amenazado, realmente, parecía salido de una postal de las wehrmacht. Barboquejo angular, complexión atlética, cerca del  metro noventa. Pantalón recto, azul con vivos rojos y zapatos de marina. Brazos completamente tatuados en un carnaval de cruces y rayos.
Se levantó del sillón  donde estaba sentado en una posición rígida y formal. Camino hasta una oficina cerró la puerta y salió, unos minutos después, vestido en completo uniforme militar de la royal navy.
Alguien susurro: Zarpa a Londres, su casa…

Estaba algo paranoico y ahogado…no es bueno encerrarse en un ambiente cargado de racismo, speed y humo de cigarrillo…hay quienes dicen que afecta el correcto funcionamiento del corazón.
El último pincha discos subió al booth y le dio a la gente que, a esa altura ya estaba en un embotamiento mezclado con transe, una buena dosis de droga electrónica, como diría el gran T. Mckenna.
Me deje llevar por la gente de Suicide Circus…me subí a un parlante y le dije a mi cuerpo siguiera las vibraciones de la caja en la cual estaba parado…total…para esta gente yo era blanco.
Era hora de irse, el sol tendría que haber salido, si el día no estuviera tan gris. Aún tenía 3 horas de bus hasta Cracovia…la nota sobre esta corriente y su impacto en el ambiente musical, se había ido por el caño…nada nuevo.

Cracovia 11 de noviembre 2015.

Día de la independencia, banderas rojas y blancas por donde uno quiera.
Particularmente el orgullo nacional es algo  que me causa un poco de repulsión, pero este pueblo va por la tercera reconstrucción de su republica…en tantos años de historia…tres repúblicas, la última formada en el año 1989, luego del derrocamiento de los soviéticos…joven república en un suelo con más de 1000 años.



Cracovia, viernes 13 de noviembre 2015
La pizzería, cerca del Teatro Bagatela, hace tal vez, la mejor pizza de la ciudad, incluso mejor que algunos lugares de Italia. La comida Polaca es buena, rica en grasas y sabores fuertes, pero por un tema de sangre, siempre que voy a algún lado, hago de las pizzerías tanas, una especie de cuartel general.
Puedo sentarme a escribir, tomar, comer y quedarme sin que nadie prácticamente me joda.
La noche del viernes, estaba esperando que me trajeran la comida a la mesa, cuando el partido de futbol, ese que parece jugarse siempre en las televisiones de estos lugares, fue sustituido por BBC News.
Explosiones, balaceras, masacres, bombas.
Los atentados de Paris…otras ciudades…coordinación, implacable. Los medios saltando relamiéndose la saliva, con la excusa de informarnos, alimentan nuestro morbo de manera implacable.

Clichés, banderitas en las páginas sociales, demostraciones de guerra, el efecto domino, obvio y en algunos círculos, esperado.
No hay que ser adivino para predecir las reacciones (en caso de duda, referirse a los arios-dermo-daltónicos unos párrafos más arriba) Solo que esta vez, la justificación tiene un sostén televisivo, mediático que, lamentablemente, para el simio pobremente capacitado que somos, le da amparo y validez…”lo dice la tele…se lee en los diarios.”
La pizza DOC me la trae el pizzaiolo, un Napolitano con 22 vueltas al sol... ¡Guaglio! Exclama cuando se sienta conmigo a compartir la mesa y procesa los eventos en Paris. 
Un pizzaiolo de oficio, fuera de su país, como tantos otros, con conocimientos varios. Ingenieros, psicólogos, arquitectos, desarrolladores de software, analistas de sistemas…todos, fuera de sus países, cobijados en una Polonia que los recibe por montones, les paga en moneda polaca y les salen baratísimos a las multinacionales que lo emplean. Migración, invasión…”el problema de la Polonia son todos estos negros” etc…








Cracovia, Viernes 20 de Noviembre.
Me voy a la terminal de ómnibus, en 8 horas, Berlín.
Salgo a la calle, excitado, hay quienes me dicen que Berlín es el San Francisco de Europa.
Conozco Sanfran, y no se  lo que la gente quiere transmitir con ese concepto de que la ciudad del santo patrono de los animales, es un bastión de la libertad de expresión y demás estupideces que se dicen por ahí. Es solo una ciudad con una comunidad gay importante…alguna vez, en un momento de nuestra historia…Una ola quiso crecer y reventar…No fue así…disculpen aquellos que han comprado y consumido literatura pseudo-hippie…es solo otra remera del Che…
En fin, voy a Berlín. Camino rumbo a la terminal y escucho unos ecos, particulares…lejanos, pero a la vez su lejanía no es solo espacial…por alguna razón también lo es temporal. Como si en realidad se escucharan a través del tiempo, en un escenario que ya los escucho. Rugidos, inconfundibles…voces humanas que desde algún lugar abierto retumban a través de las calles angostas de una ciudad que no ha cambiado mucho estéticamente.
Me olvido de la hora y comienzo a seguir los ecos…paso a través de la plaza central y se escuchan más cercanos. ¡El instituto Goethe! Pienso, deben estar exhibiendo alguna documental… ¿Pero tan alto ese volumen?
No, ahora el rugido es más cercano…los veo, los reconozco. La mitad de la plaza está repleta, de gente con banderas rojas y blancas, banderas con águilas. Megáfonos, y ese discurso, esa cadencia para hablar. Esos gritos de la multitud, a pesar de no entender nada, entiendo todo…que tristeza…
Nunca voy a Berlín, pierdo el ómnibus, me mezclo entre los desaforados con esvásticas tatuadas en sus cabezas…filmo…me mezclo…repito, no saben lo que es una persona oscura, son incapaces…aun así, me causa una pena tremenda.
Paro de filmar y me retiro por una de las calles oscuras, paro en una cervecería, me siento, en la misma barra que algunos de los manifestantes que toman y ríen, gritan, con sus banderas enrolladas en los mástiles.
No quieren musulmanes, no quieren, negros ni latinos, inmigrantes…esa palabrota.
Polonia para los polacos, Europa para los europeos…América y Monroe para los americanos.
                                                                        ***

Dimitri, es un muchacho que trabaja de limpiador en uno de los museos de la ciudad. Por alguna razón nos encontramos siempre en el mismo boliche de mala muerte, donde venden la medida de vodka a un zloty.  Este país tiene exceso de monedas, todos los cambios se dan en monedas, putas monedas, las odio intrínsecamente. Rompen billeteras, bolsillos y lanzadas a cierta velocidad, cabezas.
Pero aquí, al menos, se les puede dar un uso coherente, racional.
Dimitri decía…de los Balcanes, limpiador de museo…mano de obra no capacitada, 2600 zloty al mes…algo así como 600 o 700 dólares.
No quiere ni va a estudiar, seguirá viviendo y bebiendo. Me cuenta cosas de su pueblo que olvido a los 5 minutos…no es que no me interesen, pero mi cerebro no puede mantener la tasa de mortalidad de sus neuronas a un ritmo acorde con su memoria selectiva…lamentable, lo sé, pero no por eso menos cierto.
Sin embargo, es una de sus reflexiones, de las tantas que tiramos victimas de nuestro deseo ferviente de eliminar las inmundas monedas, la que se aloja en mi memoria y le da un epitafio seguro a esta triste realidad de nazis y nacionalistas que proliferan en esta parte de Europa.
Dimitri, sin estudios, casi sin país, si es de los Balcanes, creo que lo dije más arriba. Me dice cual es el verdadero problema de la Polonia y de toda la parte este del continente.
-¿Polonia? ¿Quién mierda quiere venir a Polonia? Los que viene aquí como yo a limpiar y lamer culos, somos un grupo reducido de cucarachas. La gran parte  de ese minúsculo número que representan los inmigrantes en este país (Según cifras oficiales al 2014 no llegan al 2%...esto no lo dijo Dimitri.) son empleados de las multinacionales, europeos con educación universitaria. Aquí se dan la vida de millonarios mientras en sus países de origen estarían lamiendo culos como yo. (En este particular discrepo con Dimitri, pero tengo por costumbre no discutir con compañeros de bar) ¡Los Polacos no saben lo que es tener inmigración! Solo que este gobierno alienta a las masas, como siempre. ¿Quién mierda quiere venir a Polonia?
Puede ser, algo de lo que Dimitri dice, tiene sentido. Pero también es cierto, y aquí voy a sonar como la mano derecha de Bormann, es que hay un orden establecido en las instituciones, las calles están limpias y seguras, las manifestaciones se llevan a cabo con un control policial acérrimo que reacciona ante cualquier exceso con un profesionalismo espeluznante…da miedo, que esto sea un gobierno conservador de derecha…muy derecha, y que cada 20 metros uno pase enfrente de una iglesia y que el aborto no esté legalizado y… muchos otros y…
Entonces, me doy cuenta que ya no sé qué pensar, y no soy de los que se pierde en museos  y tours guiados, me mezclo con los borrachos, los adictos, las putas, los intelectuales, los laburantes, los que no laburan…y me doy cuenta que en los lugares donde hay caos,  la masa termina pidiendo palos, control, rigidez y la tristeza es que, funciona.
En estos lugares, se están pagando cuentas de años de abusos y saqueos, los continentes “pobres” vuelcan a sus poblaciones en números que desestabilizan las economías de países en vías de desarrollo. Florecen sentimientos nacionalistas y todo es una amenaza contra un status quo que nunca tuvo una clara definición.
Los entiendo, a unos y a otros, y me reprocho. Me doy cuenta que nosotros, la gente, aquellos que se pueden llamar gente, igual que Europa, de vez en cuando nos dejamos llevar por los nacionalismos los fascismos… los extremos. Qué pena infinita… me voy a dormir, dejo atrás el boliche y sus fieles, que son los mismos fieles que en todos los boliches. Individuos trastornados, cansados, hastiados de las cuatro paredes. Algunos con compañía, otros conviviendo solo con los muros. Podridos del olor a mierda que sale de nosotros mismos, esa fragancia que se diluye cuando estamos juntos, apretados borrachos, dentro de un boliche…
Mientras me deprimo, caminando a 12 grados bajo cero, en la plaza me encuentro con un grupo de gente, Tanos, conquistando el mundo, como solo ellos saben…


Estoy cerrando esto, una crónica, un relato, cascada de palabras sin sentido. En un avión de KLM con destino a Ámsterdam. Tengo como plan, eliminar en algún coffee shop, las neuronas afectadas por estas reflexiones, por este viaje.
Estamos por despegar, la azafata, le pide en ingles al pasajero de la butaca ubicada enfrente a la mía que, por su seguridad, debe guardar su celular en el bolsillo durante el despegue. El, un compatriota latinoamericano, la mira, levanta su mano y con el índice en alto, mientras hace el símbolo de negación, le dice de forma altanera y ruidosa. “No mami, en inglés no ¿entendes? A mí me hablas en español o por señas.”
En mi cabeza, aparte del deseo de reventarle el cráneo con un machete,  vaciarlo y usarlo de pélela, mientras su familia observa la escena; me vienen las palabras de aquella joven abogada en Wrocław…
“El problema de la Polonia son todos estos negros…”
La música electrónica era la verdadera razón de este relato, no tengo por qué mentirles.


BK.

7 comentarios:

Samy dijo...

Excelente. Particularmente me detuve en Cracovia y trate de imaginarme algo tan ajeno que por más que lo intenté no lo logre hacer, porque lamentablemente hay palabras que todavía me hacen doler la cabeza como ultra derecha, fascismo, ultranacionalismo, aunq entiendo que a lo largo de la historia son terminos que muchas veces surgen de entre guerras, cuando agarra a la población ya un tanto baqueteada, lamentablemente como ya dije, no logro ponerme en esas cabezas ultra derechistas, y por motivos ideológicos se me va a hacer difícil poder entender.

Anónimo dijo...

jugosa crónica, muy interesante. europa está jodida, así como lo están todos los continentes. el humano es intolerante por definición, solo que esa intolerancia se refleja de distintas maneras segun el contexto.
muy bueno

Anónimo dijo...

tan salado está europa? estamos jodidos loco.jodidos

Anónimo dijo...

excelente!

Anónimo dijo...

la parte del boliche es dantesca.
los videos muy buenos tambien, aunque dejan con ganas de mas
saludos

Anónimo dijo...

la eterna condicion humana: la intolerancia

Anónimo dijo...

europa se esta yendo a la mierda hace rato
muy buen relato!